Psicología
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La psicología es la ciencia que estudia la conducta de los individuos y sus procesos psicológicos, incluyendo los procesos internos de los individuos y las influencias que se producen en su entorno físico y social. La psicología considera que los fenómenos psicológicos pueden ser estudiados científicamente por medio del método experimental.

Definiciones

El diccionario de la RAE (22ª edición, 2011) define el término "psicología" como:

(De psico- y -logía).

  1. f. Parte de la filosofía que trata del alma, sus facultades y operaciones.
  2. f. Todo aquello que atañe al espíritu.
  3. f. Ciencia que estudia los procesos mentales en personas y en animales.
  4. f. Manera de sentir de una persona o de un pueblo.
  5. f. Síntesis de los caracteres espirituales y morales de un pueblo o de una nación.
  6. f. Todo aquello que se refiere a la conducta de los animales.

La Psicología, a la luz del paradigma del Análisis de la Conducta, cuenta con tres niveles de organización científica que se complementan y retroalimentan recíprocamente: el conductismo radical, el análisis experimental del comportamiento y la ingeniería del comportamiento. Esta última comprende a su vez toda una gama de aplicaciones tecnológicas, tanto en el campo de la terapia como de la modificación de conducta.

El conductismo radical

El conductismo radical es la filosofía especial de la psicología como ciencia del comportamiento, entendido éste como la interacción históricamente construida entre el individuo y su ambiente físico, biológico y social. Cubre, así, rangos cognitivos, emotivos, sensorios y motores. Desciende el más general conductismo.

La filosofía especial es una filosofía de la praxis. Como tal, surge de las labores mismas del quehacer psicológico y se encarga de discutir sobre los supuestos, extensiones y posibilidades de su dominio teórico y aplicado, así como de fijar posición y fomentar una actitud no reduccionista (ni biologicista ni mentalista) para buscar soluciones a los problemas de la disciplina.

El conductismo depende de una filosofía general de la ciencia en psicología. Ontológicamente lo definitorio es el materialismo monista y el determinismo.

El análisis experimental del comportamiento

El análisis experimental del comportamiento es la teoría-metodología, donde se formulan las categorías, las unidades analíticas, los parámetros, los paradigmas de investigación, y las leyes y principios implicados en el manejo de los datos. Cabe destacar aquí las ecuaciones que cubren todo el espectro organísmico y situacional que está implícito o explícito en un episodio de conducta. La más conocida de dichas ecuaciones es la comprendida en la fórmula: K = f [E,O,R,C], que significa que un segmento de conducta en un momento determinado (K) es función (f) de las interrelaciones establecidas entre los factores estimulares (E), organísmico-disposicionales (O), de respuesta o clases de respuesta respondientes y operantes (R), y las consecuencias que fortalecen a estas últimas (C).

Los paradigmas de investigación centrales desplegados son los del condicionamiento clásico y condicionamiento operante, así como sus diversas combinaciones y formas de presentación. Estos paradigmas son equivalentes a los "ejemplares" de Kuhn, pues desde sus modos básicos de ocurrencia empírica se desprenden leyes, teorías, aplicaciones e instrumentación juntas. Gracias a la investigación en estos rubros se han obtenido una gran cantidad de regularidades que desembocan en la formulación de principios aplicativos (como por ejemplo el reforzamiento, la extinción, el castigo y el contracondicionamiento). Algunos enfoques conductistas no radicales son puramente metodológicos (vertientes E-R), y otros además de ello sólo son parcialmente conductuales (vertientes E-O-R).

La ingeniería del comportamiento

Involucra lo tecnológico: todas aquellas elaboraciones procedimentales que, ligadas de alguna manera a los paradigmas de investigación básica y sus combinaciones, se han desarrollado como aplicaciones efectivas. Puede definirse como "la aplicación de conocimientos científicos para la elaboración, perfeccionamiento y manejo de técnicas de establecimiento, mantenimiento o eliminación de conductas".

Ello supone que el comportamiento humano (sea de tipo cognitivo-lingüístico, emotivo-motivacional o motor-sensorial) es susceptible de describirse legalmente, y que sus operaciones de evaluación, diagnóstico y tratamiento de problemas acuden al manejo tentativo de dichas regularidades.

A menudo se identifica la ingeniería conductual con el rótulo de Análisis de Conducta Aplicado, conjunto de acciones mediante las cuales el psicólogo aplica en diferentes contextos, y para solucionar problemas socialmente relevantes desde los conocimientos aportados por el análisis experimental del comportamiento.

Historia

Los estudios darwinianos sobre la evolución de las especies y los de la fisiología experimental de fines del siglo XIX, auspiciaron, junto con la filosofía materialista, la aparición de formas de pensamiento más avanzado con respecto a las ciencias humanas.

En 1879, Wilhelm Wundt creó el primer laboratorio de psicología científica. Mediante la instropección, y un estudio histórico, logró crear una base a partir de la cual abordar la psicología desde un punto de vista conductual. Hay que destacar que Wundt no pertenece a la escuela conductista, por ser anterior a esta.

Comenzando el siglo XX, John B. Watson proclamó la conducta observable como el objeto de estudio de la psicología, más específicamente las conexiones entre los estímulos y respuestas que dan lugar al comportamiento. Sus acercamientos estaban influenciados principalmente por el trabajo del fisiólogo ruso Iván Pávlov.

Con el tiempo, surgieron dos grandes tipos de variantes conductuales que complejizaron el enfoque: una radical y una metodológica o mediacional. La primera de ellas (desarrollada por B. F. Skinner) se centró en las relaciones funcionales que establecen los organismos con su ambiente en relación con la ley del efecto, es decir, en la manera como las consecuencias de lo que hacemos regula la emisión de la conducta futura (conducta operante). La segunda (desarrollada por Hull y Tolman entre otros), sobre la base de los reflejos condicionados introdujo un factor (o variable) interviniente que podía ser neurofisiológica o mental, según el caso.

A mediados de los años cincuenta, las deserciones y reacomodaciones de influyentes conductistas como G. A. Miller, J. Bruner y C. Pribram, y, entre otras cosas, la apertura de Ch. Osgood a la psicolingüística, produjeron una grave escisión que culminó en la reaparición del mentalismo, lo que se agudizó con la crítica del lingüista Noam Chomsky al libro Conducta verbal de Skinner, publicado en 1957. Si bien una réplica de Kenneth MacCorquodale a Chomsky en 1970 desvirtuó y deslegitimizó dicha crítica, a partir de allí adversarios y neófitos comenzaron a hablar de una "crisis" del conductismo y su supuesto reemplazo como "paradigma dominante" dentro de la psicología. Sin embargo, paradójicamente, en las décadas de 1960 y 1970 eclosionan gran cantidad de técnicas y trabajos aplicativos en los rubros de terapia y modificación de conducta, ambos agrupables dentro de la categoría de "ingeniería conductual" debido al entroncamiento entre las tecnologías de control por el estímulo (de base respondiente) y de administración de contingencias (de base operante). Ya en la década de 1980 hay una eclosión aún más impresionante de técnicas, bajo el membrete de conductuales, conductual-cognitivas, cognitivo-conductuales y contextuales.

Paralelamente, han emergido gran cantidad de variantes teóricas conductuales que hasta el presente siguen en vigencia abordando el comportamiento complejo, el lenguaje y la personalidad de diversas maneras, ciñéndose a coordenadas científicas.

Aplicaciones

Los trabajos de investigación sobre los principios del aprendizaje son el marco de referencia sobre el cual se han desarrollado múltiples tecnologías de ingeniería del comportamiento, como la Terapia de Conducta, la Modificación de conducta, el Análisis Conductual Aplicado, e inclusive algunas formas heterodoxas que incorporan otras nociones teóricas y filosóficas (las terapias conductual-cognitivas y las cognitivo-conductuales).

Gracias a ellas resulta posible el tratamiento de una inmensa variedad de problemas en los campos clínico, educativo, comunitario y organizacional, la salud, el deporte, las emergencias, la gerontología y la psicopatología, entre otros, con unos índices de eficacia razonablemente altos. Cabe destacar que los sujetos de intervención pueden ser tanto individuos y parejas, como grupos sociales y familiares.

Entre las numerosas técnicas disponibles se encuentran las de manejo contingencial y exposición en vivo (p. ej. reforzamiento positivo, moldeamiento, extinción, castigo positivo y negativo, desbordamiento, economía de fichas, etc.), las de exposición en fantasía (reforzamiento encubierto, inoculación del estrés, desensibilización sistemática y otras), las de entrenamiento en autorregulación de competencias (autocontrol, manejo de la ansiedad, habilidades sociales, etc.), y de reestructuración racional (p. ej. solución de conflictos, aceptación y compromiso, entrenamiento autoinstruccional, etc.). Es de notar que las técnicas más complejas -en las que suelen intervenir el lenguaje y los llamados repertorios "cognitivos"- incluyen los procedimientos empleados por las más simples.

Desde hace tiempo la División de Psicología Clínica de la APA (Asociación Psicológica Americana) ha evaluado la eficacia de los tratamientos psicológicos. En estos estudios se ve una gran predominancia de las técnicas conductuales en las guías de tratamientos empíricamente validados.

Críticas

Las críticas de que suele ser objeto la psicología en su conjunto pueden categorizarse en cinco grupos:

I. Ignora la existencia del inconciente, los sentimientos y estados de la mente. No le asigna un papel a la personalidad, al Yo ni al "sí mismo". No da lugar a la libertad, a la voluntad ni a la intencionalidad.

II. No intenta explicar los procesos cognoscitivos, la intuición, la información ni el proceso creativo. Ve al sujeto como un receptor pasivo.

III. Es mecanicista: concibe lo psicológico como un conjunto de respuestas ante estímulos. Descuida la dotación innata y el papel del sistema nervioso, lo que es un modo reduccionista de mirar al ser humano que no repara en su complejidad.

IV. Está desfasado del desarrollo actual de la ciencia. Trabaja con animales, asimilando su comportamiento al humano. Sus aplicaciones son envilecedoras (premios, castigos) y hasta brutales (descargas eléctricas, vomitivos, etc).

V. Es operacionalista: identifica los fenómenos con las esencias. Es una ideología importada, al servicio del poder, que mantiene la psicología como ciencia natural, no preocupada por los fenómenos sociales.

Respuestas generales

Desde el punto de vista conductista se señala que la mayoría de las críticas reseñadas posiblemente se basan en:

a) Malentendidos por desconocimiento de las tesis conductistas originales, o por incomprensión de la terminología científica utilizada para describir al ser humano.

b) Citas sacadas fuera de contexto, o a través de simplificaciones de lo que "alguien escuchó o leyó que otro dijo", y etc.

c) Antipatías propias de posturas antagónicas con respecto a la conceptualización de la psicología como ciencia del comportamiento.

d) Exposiciones poco elaboradas, o bien sesgadas sólo en un sentido determinado, de algunos de los propios divulgadores conductuales, que se toman como si fueran descriptivas de un punto de vista doctrinario general.

Y se indica que, aun en el caso de ser válidas algunas críticas, éstas pueden ser aplicables a ciertos modelos conductistas y no necesariamente a otros. Los conductistas contemporáneos responden a esto de las siguientes maneras:

  • Tanto el primero como el segundo grupo de críticas confunden "estudiar de otra manera" (que es la manera propia del conductismo) con "no estudiar". En realidad, la psicología conductista tiene sus propios conceptos y métodos para abordar los llamados "estados de la mente" y los fenómenos cognoscitivos. El hecho es que utiliza otro lenguaje y una aproximación interaccionista, en vez del enfoque internalista típico de la psicología tradicional. Hay una cantidad inmensa de publicaciones conductuales que versan sobre esos eventos, y muchas de ellas figuran on line.
  • El tercer grupo de críticas pasa por alto que los análisis comportamentales se basan en una compleja estructuración interactuante de variables que provienen tanto del ambiente como del organismo. Por ejemplo, revisar las ecuaciones conductuales de Kanfer (E-O-R-K-C) y de Kantor (fe-fr-hi-ed-md) para darse cuenta. Además, en el conductismo radical de Skinner se hace un análisis funcionalista de la conducta, no mecanicista. Es decir, no basa el análisis de la conducta en las consecuencias de la conducta, sino que se considera que es la interacción entre estímulos y respuestas lo que moldea la conducta,
  • El cuarto grupo de críticas obvia algunos datos objetivos. Si la psicología conductista estuviera desfasada del avance actual no estaríamos en la Década de la Conducta (2000-2010), Skinner no hubiera sido proclamado en una encuesta de la APA "El Psicólogo más eminente del siglo XX", y la tecnología conductual no sería la más recomendada por los organismos oficiales de la psicología internacional (entre otras la American Psychological Association, la British Psychological Society, la American Psychiatric Association y la Sociedad Española de Psicología Clínica y de la Salud), para solucionar una amplia gama de problemas psicológicos.
  • El quinto grupo de críticas tiene puntos atendibles y abiertos a discusión, exceptuando la acepción ingenua de "ideología importada" y pretender que no hay aplicaciones sociales. Al contrario, estas parecen ser de las más efectivas que hay en la disciplina (véase, p. ej., la revisión de M.D. González (1992). Conducta prosocial: Evaluación e intervención. Madrid: Morata). No se debe olvidar que "el instrumento" (la teoría, investigación y tecnología) es distinto a la mano que lo maneja.

Bibliografía

  • Belanger, J. (1978). Imágenes y realidades del conductismo. Oviedo: Universidad de Oviedo.
  • Hayes, S. C., Barnes-Holmes, D., & Roche, B. (Eds.). (2001). Relational Frame Theory: A Post-Skinnerian account of human language and cognition. New York: Plenum Press.
  • Kanfer, F. y Phillips, J. (1980). Principios de aprendizaje en la terapia del comportamiento. México: Trillas.
  • Kantor, J.R. (1991). La evolución científica de la psicología. México: Trillas.
  • Martin, G. y Pear, J. (1999). Modificación de conducta: Qué es y cómo aplicarla. Madrid: Prentice-Hall.
  • O’Donohue, W. and Kitchener, R. (1999). Handbook of behaviorism. Reno: Academic Press.
  • Pantoja, L. (1986). La autorregulación científica de la conducta: Teoría y técnicas aplicadas a la terapia y educación. Bilbao: Universidad de Deusto.
  • Perez-Alvarez, M. (1996). La psicoterapia desde el punto de vista conductista. Madrid: Biblioteca Nueva.
  • Skinner, B.F. (1977). Sobre el conductismo. Barcelona: Fontanella.
  • Staats, Arthur (1997). Conducta y personalidad. Conductismo psicológico. España, Desclée de Brouwer.
  • Zuriff, G.E. (1985). Behaviorism: A conceptual reconstruction. New York: Columbia University. Press.

Véase también

Enlaces externos

Referencias

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